Es para mí un honor rendirle este humilde homenaje, al Gran Capitán del Ejército de los Andes, General, Don José de San Martín.
Confieso ser uno de los fundamentalistas del Libertador desde los 8 años de edad.
Pasaron 60 más y mi admiración por su persona y su trayectoria, no tiene límites.
Desde el 22 de enero de 2016, hasta el 29 del mismo mes, la Provincia Cuyana celebra, la “Epopeya Sanmartiniana del Cruce de los Andes “, considerada unas de las mayores en inteligencia militar desarrollada en la historia y una de las más importantes hazañas mundiales, en este tipo de topografía, en el Bicentenario de este importantísimo evento.
San Martín fue uno de los máximos exponentes en estrategia militar, superando a los Ejércitos de Aníbal, Alejandro Magno y Napoleón Bonaparte.
Contra este último, había luchado para el ejercito realista o de la Corona Española, cuando corría el año 1812.
Mientras, permanecía en Europa, hasta que pidió licencia para retornar a Bs. As., y comenzar a cumplir su sueño, de emancipar las Provincias del Río de la Plata.
En el año 1814.con sus 36 años de edad, San Martín llegó a Mendoza. fue designado por el director Posadas, lo nombró al frente de la Gobernación de la Intendencia de Cuyo, designado por Bs. As. y no por el pueblo Cuyano.
A pesar de las fuertes divisiones políticas que tuvo que sortear, el objetivo final era el Cruce de los Andes, y todo estaba dispuesto.
La salud de San Martín no era la más apropiada para semejante travesía, tenía problemas pulmonares, reuma, úlcera entre otras cosas.
Pero para el general, no había impedimento alguno para empezar a cristalizar los sueños tan lejanos de emancipación, que se estarían a punto de cumplir, en no mucho tiempo más.
Así fue que ha mediado de enero de 1817 , el ejército de más 5.300 hombres, fuertemente pertrechados iniciaron el “CAMINO DE LA GLORIA” ,partiendo hacia Chile , por diferentes pasos cordilleranos; como Uspallata, (3.400 metros.), los Patos , por San Juan ,(5000 metros.),Guana,(4200 metros), otros por La Rioja, El Planchón, como estrategia de contra inteligencia militar a través de diferentes divisiones, para que nadie pueda perturbar el éxito de la operación ,aunque el principal enemigo fue el clima muy frio de las altas montañas, a pesar de que la época ,era verano.
La orden fue, llegar y reunirse el 8 de febrero de 1817, todas las divisiones del otro lado de la cordillera y así fue la sincronización perfecta, al grito de “viva la patria”.
El 12 de febrero de 1817, comenzó la leyenda y finalizó con la aplastante derrota en Chacabuco sobre los realistas, y empezó a cambiar la “Historia de América Latina”.
Luego continuaría con la expedición al Alto Perú, principal bastión realista de la Corona Española, donde se depositaba todo “El Oro”, recaudado como producto de los desmanes y saqueos de los conquistadores, quiénes tenían los días contados, arrastrando un sin fin de derrotas, bajo la firme actitud del libertador, quién nunca tuvo límites, cuando de independencia se trataba.
Esto es un simple homenaje, al máximo “Héroe de la Argentinidad y de América Latina”, Sus monumentos en el mundo, marcan tendencias de los máximos logros llevados a cabo bajo su piel, donde brotaban las palabras de “libertad, independencia, fraternidad entre los pueblos liberados y jamás desenvainar su espada ante un hermano de sangre, no habiendo participado jamás de luchas internas o guerras civiles, que desencadenaban odios eternos sin precedentes “.
Por tales motivos, después de su gloria, nunca pudo volver a su querida patria. Cuando lo quiso hacer, se encontró con guerras civiles que no conducirán a nada, y se volvió nuevamente a Francia.
Las enfermedades que padecía el General eran varias, pero también las arrastraba desde el “Cruce de los Andes”, las mencionadas anteriormente más asma, y gota.
A pesar de todos esos inconvenientes, murió un 17 de agosto de 1850, a las tres de la tarde, a los 72 años de edad, en Boulogne-sur-Mer, Francia, según su hija Mercedes y su yerno Mariano Balcarce, había muerto de forma repentina y natural, sin sufrimientos.
Sus restos están muy cerca nuestro, en la Catedral Metropolitana, en CABA.
Les aseguro que lo visito cada vez que puedo, y cuando me encuentro en ese lugar, donde se guardan sus restos, junto con sus granaderos de custodia permanente, siento una gran paz y me da ganas de seguir luchando y no apartarme jamás de sus consejos.
Oscar .H Borgeat

Investigador- Escritor

 

Publicado en MIAMI RADIO

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